“La sociedad está muy pensada para el mundo adulto”
Entrevista a la directora del Programa Paysandú, Soledad Franco
Con 25 años, regresó a su Paysandú natal para trabajar en Aldeas Infantiles. Diez años después, muchas cosas cambiaron en su vida personal y profesional, pero también en la organización, en los servicios que se brindan y en las necesidades de los niños, las niñas, los/as adolescentes y sus familias.
¿Cómo fue tu infancia y a qué te gustaba jugar?
Tuve una infancia feliz. Nací en Paysandú, vivía acá en la ciudad. De hecho, hoy en día vivo en la casa de mi infancia. Mi barra de la escuela sigue siendo mi barra de amigas hasta el día de hoy.
¿Te acordás cómo imaginabas el mundo adulto en ese entonces?
Yo quería tener hijos. También me imaginaba trabajando. Cuando me hicieron el test vocacional me dijeron que tenía más facilidad para la parte de letras. Me decidí por relaciones internacionales. Quería enfocarme más en derechos humanos, en cooperación internacional, trabajar en alguna organización.
En los últimos años de Facultad empecé a hacer voluntariado. Después me puse a hacer cursos más cortos: de género, de políticas públicas, de cooperación, de proyectos sociales.
Actualmente tengo una maestría en Desarrollo Humano. Sumado a la maternidad, que me atraviesa de forma diaria, estoy culminando la formación de puericultora persona especializada en crianza y lactancia. Esto me permite también tener otra mirada y acompañar a los equipos y a las familias, aunque no siempre de modo tan directo.
¿Cómo fue ese proceso de venirte a Montevideo a estudiar?
Me mudé a Montevideo a los 18 años. Yo estaba feliz. Siempre fui muy independiente. Venía a Paysandú, extrañaba un poco, pero me adapté.
Cuando ya estaba recibida trabajé en un organismo internacional y en paralelo hacía tareas de voluntariado. En ese momento estaba pensando en volver a Paysandú. Ahí vi llamado de Aldeas en el diario El Telégrafo y me presenté.
¿Por qué te parece importante trabajar con la primera infancia?
Creo que por toda la evidencia del daño que podemos llegar a tener a largo plazo como personas si no recibimos el afecto, el cariño, los cuidados básicos en estos primeros años. No solo en CAIF, sino cuando trabajamos con los ETAF [Equipos Territoriales de Atención Familiar], o cuando recibimos muchas derivaciones de madres solas, jóvenes, con niños pequeños. Es necesario poder acompañar y responder a las necesidades vinculadas a cómo se forma el apego del niño y de la niña.
Obviamente está la posibilidad de revertir algunas cuestiones en la adolescencia, a través de la psicoterapia o con otros tratamientos. Pero vemos mucho en CAIF que los niños y las niñas tienen desvíos del desarrollo que en gran parte son emocionales y tienen que ver con la crianza.
Ahí se tiene que ver a los referentes también. Si los adultos han sufrido vulneraciones a lo largo de su vida se les hace muy difícil cuidar. Por eso el rol que tenemos los equipos y la organización es importante.
¿Cómo sentís que mira el mundo adulto a las infancias y las adolescencias?
Tenemos todavía una mirada muy adultocéntrica. La sociedad está muy pensada para el mundo adulto. Son muy pocos los lugares en los que, por ejemplo, hay un lugar apto para los niños mientras vos vas hacer una gestión.
Las madres no están tan acompañadas, muchas veces están solas y en contextos muy críticos. Creo que la contención, las redes y que haya alguien más para ayudarte es una de las cosas más importantes.
Por otra parte, las adolescencias están más estigmatizadas. En Paysandú hay seis Centros Juveniles y 29 CAIF. Ahí se nota la diferencia y las prioridades a nivel de política pública.
¿Cuáles pensás que son los desafíos de las infancias y de las adolescentes?
Hay falta de recursos a nivel del Estado, por ejemplo, en la atención en salud mental. También se ve mucho la crianza en soledad, madres jefas de hogar que no tienen cubiertas las necesidades básicas.
¿Cuál pensás que debería ser el rol de la sociedad civil en la garantía de los de las infancias y las adolescencias?
Las organizaciones de la sociedad civil son gestoras de política pública, pero tienen su impronta. Cada una tiene su identidad, su objetivo, su misión, sus principios y en realidad podrían formar más parte de ciertas decisiones, en la formulación o reformulación de políticas públicas para lograr una sociedad más justa y de derechos.
¿Cómo te imaginás a la organización y al Programa Paysandú a futuro?
Me gustaría trabajar en la prevención desde antes del nacimiento, articular de mejor forma con las organizaciones públicas y privadas que tenemos en el territorio para garantizar los derechos de los niños y las niñas y sus familias.
Sería interesante integrar todos los proyectos que tenemos (primera infancia, adolescencia y familias), de forma de aunar recursos y lograr aún mejores respuestas en la vida de los niños, niñas y adolescentes.