Los/as niños, niñas y adolescentes que ingresan al servicio de Cuidado Alternativo lo hacen por derivación de INAU, ente rector de niñez y adolescencia a nivel nacional.

En el caso de los servicios de Cuidado y Desarrollo Infantil (CAIF y Club de Niños) y Desarrollo de Jóvenes (Centro Juvenil), se trata de centros con enclave territorial que abren inscripciones anualmente.

Por otro lado, en Fortalecimiento Familiar participan familias con niños, niñas y/o adolescentes que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Como nuestro objetivo es prevenir que los/as niños, niñas y adolescentes pierdan el cuidado familiar, hacemos foco en las familias que necesitan mejorar las condiciones y capacidades para brindar cuidado y protección.

Los niños, las niñas y los/as adolescentes que participan de la modalidad de Cuidado Residencial concurren a centros educativos, realizan tareas extracurriculares, van a cumpleaños y fiestas y tienen el tipo de actividades que suelen tener la mayor parte de los niños, las niñas y los/as adolescentes.

Los niños, las niñas y los/as adolescentes que viven en las casas de Cuidado Residencial, ¿tienen contacto con sus familias?

Muchos/as de los niños, las niñas y los/as adolescentes que viven en Cuidado Residencial tienen contacto con miembros de su familia, salvo que existan medidas judiciales que lo impidan. La institucionalización de niños, niñas y adolescentes debe ser una medida temporal, y se espera que ellos/as pueden revincularse y reintegrarse a sus familias.

Tomando como base el interés superior de la niña, el niño o el/la adolescente, cuando las condiciones no están dadas para posibilitar la revinculación y el reintegro, otro de los caminos para restituir el derecho a una vida familiar y comunitaria es la adopción. En Uruguay, el órgano rector y competente para la selección y asignación de familias adoptivas es el INAU.

Cuando se han agotado las posibilidades para el reintegro o la adopción, trabajamos con los/as jóvenes que se encuentran bajo cuidado residencial y que están próximos/as a egresar del sistema de protección, potenciando sus capacidades y proporcionándoles herramientas para la vida adulta independiente.

En este sentido es clave el rol de los/as asesores/as de jóvenes (técnicos/as que acompañan a los/as adolescentes y jóvenes participantes tanto del servicio de Cuidado Alternativo como del Centro Juvenil)

Existen indicadores específicos (por ejemplo, cuando se ven golpes o lesiones concretas en los cuerpos) y no específicos (que pueden ser, por ejemplo, dificultad en el control de esfínteres, cambios de humor, irritabilidad). Ningún indicador es lineal y siempre tiene que ser visto en contexto. Hay que ser muy responsable en este sentido y no sacar conclusiones apresuradas.

Por otra parte, hay que tener en cuenta no solo a los niños, las niñas o los/as adolescentes que se expresan de manera más visible, sino también a aquellos/as que tienden a hacerlo de forma más silenciosa. 

Es importante recalcar que muchas veces quienes detectan algún tipo de maltrato o quienes reciben el testimonio de un niño, una niña o un/as adolescente que sufrió maltrato no necesariamente son especialistas. Pueden ser maestros/as, profesores/as, médicos/as, padres de amigos/as, etc. No hay que dejar pasar una sospecha por no tener formación. Actualmente hay mucho material disponible y muchos recursos a los que acudir para que se pueda abordar una situación de violencia de forma adecuada.

Contamos con una Política de Protección Infantil, que está accesible en nuestra página web y que incluye aspectos como legislación nacional vinculada a la integridad de niños, niñas y adolescentes y categorizaciones y datos sobre maltrato infantil. Este documento apunta a la prevención de situaciones de abuso y maltrato e incorpora temas como participación y protección infantil y entornos seguros y protectores.

También tenemos un Comité Nacional de Protección Infantil, integrado por la dirección nacional, la dirección programática, la gerencia de Gestión Humana y la coordinación nacional de Protección Infantil. Este comité tiene la responsabilidad de planificar acciones de protección infantil y atender denuncias y establecer respuestas a los incidentes de protección que le correspondan a nivel nacional. También contamos con comités locales y puntos focales de protección infantil que tienen la responsabilidad de planificar y ejecutar acciones que permitan crear una cultura de protección en todo el programa, fomentando el involucramiento de todos/as los/as colaboradores/as, los/as participantes y sus familias, desarrollando espacios de discusión y análisis de los diferentes elementos de la protección infantil.

Cuando se detecta o se presume una situación de desprotección se activa el protocolo de denuncia y respuesta que se puede consultar en nuestra Política de Protección Infantil. 

Todos y todas tenemos la responsabilidad de denunciar situaciones de maltrato hacia niños, niñas y adolescentes. Las denuncias pueden realizarse de forma anónima por teléfono al 0800 5050 o a través de la web app.inau.gub.uy

Contamos con controles permanentes desde Aldeas Infantiles Internacional y bimensualmente rendimos cuentas de todas las partidas recibidas por el Estado. Anualmente nos audita una firma internacional independiente. Las auditorías más recientes han sido elaboradas por las firmas Deloitte (2014-2016), CPA Ferrere (2017-2019) y KPMG (2020).  

También rendimos cuentas al Ministerio de Economía y Finanzas sobre la utilización de fondos recaudados por concepto de donaciones de empresas amparadas en el régimen de Donaciones Especiales. Dicha rendición se audita tanto por los auditores del balance como por un auditor específico para esa rendición.

A su vez, participamos de la iniciativa de la sociedad civil Rendir Cuentas para fomentar la transparencia.  

Como consecuencia de la aprobación de la Ley N.° 19.574, reglamentada a través del Decreto N.° 379/2018, nuestra organización creó un manual específico sobre el tema, que fue aprobado por nuestro Consejo Directivo y establece los procesos de debida diligencia a implementar para los distintos ingresos recibidos. Esto apunta a prevenir la utilización de Aldeas Infantiles SOS Uruguay por parte de terceros en maniobras de lavado de activos y/o financiamiento del terrorismo.

La separación familiar debe ser el último recurso y solo se debe efectuar cuando el interés superior del niño, la niña o el/la adolescente esté en riesgo de ser vulnerado. Nunca se separa a un niño, una niña o un/a adolescente de su familia por motivos económicos. La violencia basada en género, el abuso de sustancias y/o los trastornos psiquiátricos de madres o padres son las principales causas de separación.

El interés superior de los niños, las niñas y los/as adolescentes es, junto con la autonomía progresiva y el derecho a ser escuchados/as, uno de los principios en los que se basa la doctrina de la protección integral. Está establecido en el artículo 3 de la CDN y se relaciona con garantizar el derecho de niños, niñas y adolescentes a que antes de tomar cualquier decisión que afecte sus vidas, se adopten medidas que los/as protejan y no los/as vulneren. Esto quiere decir que no hay otro derecho que deba ser protegido por encima de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Familia Amiga surge como una iniciativa del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay que promueve el derecho a crecer en familia a través del acogimiento familiar transitorio. Existen dos modalidades: familia ajena y familia ampliada.

Son familias ajenas aquellas que no tienen vínculos afectivos previos con el niño o la niña, pero que se presentan ante INAU o una organización con el interés de brindar cuidado a uno/a, dos o hasta cuatro niños y niñas que se encuentren en cuidado alternativo. Los niños y las niñas pasan a vivir con estos/as adultos/as responsables y eventualmente con otros/as niños y niñas que estén bajo el cuidado de esta familia.

Las personas interesadas en ser familia ajena tienen que presentarse ante INAU, quien hace una valoración de las condiciones, y finalmente se realiza el vínculo con el niño o la niña. Esta modalidad está prevista para niños y niñas muy pequeños/as, de entre 0 a 7 años, ya que se intenta focalizar en la población que es más vulnerable al daño que genera el cuidado institucional.

Por otro lado, en la modalidad de familia ampliada existe un lazo afectivo (no consanguíneo) y el deseo, tanto de la familia como del niño o de la niña, de que se produzca el acogimiento temporal. En este caso, es la organización quien hace la evaluación de la situación y la presenta ante INAU, para que dé la valoración final.

Cuando un niño, una niña o un/a adolescente que se encontraba viviendo en una modalidad de cuidado alternativa retorna a vivir con adultos/as con los/as que tiene un vínculo consanguíneo, sean o no sus progenitores, se considera que se efectuó un reintegro familiar y se sostiene el apoyo técnico de la organización en la modalidad de Atención en Contexto.