08 de Mayo del 2025

“La sociedad civil es fundamental porque trabaja en la cercanía”

Entrevista a la directora del Programa Salto, Nancy Borghi

 La directora del Programa Salto, Nancy Borghi

Durante buena parte de su vida, Nancy trabajó la tierra. El sembrado y la cosecha enseñan sobre la importancia de estar presente, de atender los procesos, de la particularidad de cada cultivo, del tiempo y el cuidado necesarios para que cada semilla pueda dar su fruto. Estos aprendizajes pueden tener su correlato en muchos otros ámbitos de la vida, pero muy especialmente cuando se trabaja con personas.

¿Cómo fue tu infancia?

Nací en Salto. Viví una infancia feliz, con mis padres y mi hermana. Nos criamos entre tomates y morrones, porque mi padre es horticultor. Hoy por hoy me gustan mucho las plantas, me gusta sembrar. Lo siento como una forma de bajar cuando estoy muy acelerada.

¿Cómo fue la independización de la casa de tus padres?

Antes era horticultura, tenía una chacra. A los 33 me separé y tuve que afrontar vivir sola. Además de nunca haber estado en el mercado laboral, no tenía muchas redes. En ese momento mis padres me apoyaron mucho. Eso siempre lo voy a agradecer. Ellos no tenían muchos estudios, pero siempre trabajaron y me enseñaron sobre el compromiso y el valor de la palabra.

En nuestro trabajo siempre hablamos de la importancia de las redes de cuidado y en ese momento yo me sentí afortunada porque tuve esa red de contención.

La red de apoyo la podés necesitar en cualquier edad.

¿Cómo surgió tu profesión?

Cuando me separé sentí que tenía que prepararme para buscar un trabajo. Elegí educadora preescolar, que fue el inicio de toda mi trayectoria laboral.

Tuve un trabajo en una empresa de transporte, después en un colegio privado y en abril de 2006 tuve una entrevista en el Centro Social de Aldeas Infantiles. Ahí quedé seleccionada para ser educadora en nivel uno con los bebés.

¿Qué sentís que cambió en estos casi 20 años de trabajo en Aldeas Infantiles?

La organización mantiene su esencia, el trabajo con los niños, niñas y adolescentes, el trabajo con las familias y la comunidad. Pero se ha buscado mucho la formación, la profesionalización.

Hay una capacidad de análisis de la organización sobre sus acciones que está muy buena y que permite profesionalizar la tarea y hacer incidencia desde un lugar muy fundamentado.

¿Cómo consideras que mira el mundo adulto a las infancias y a las adolescencias?

Sigue siendo una mirada muy adultocéntrica. Con esto no estoy diciendo que tenemos que hacer todo lo que los niños nos dicen. Tiene que haber límites, pero con afecto.

La clave está en volver a contactar con ese niño que fuiste, con ese adolescente. Cuando vos estás trabajando acá, además de lo esperado de cada edad, le sumás las consecuencias del daño. Creo que hay que tener mucha capacidad de empatía, hacer el ejercicio de pensar: “Con las cosas que le pasaron a este niño, si me hubiese tocado a mí: ¿qué hubiese hecho?”

 ¿Cómo se trabaja con las familias?

Sacando el juicio. Hay situaciones innegociables, como por ejemplo cuando hay abuso. Pero cuando hablamos de pautas de crianza hay que hacer un trabajo fino y poner en palabras algunas cuestiones, desnaturalizar.

Es esencial poner el foco en el trabajo con familias.

¿Cuáles pensás que son los principales desafíos que afrontan los chiquilines?

Para los que viven en familia, creo que el desafío es que se los pueda mirar, que se les pueda dar tiempo. Se ha perdido el tiempo de jugar y de mirar a los gurises. El desafío es vivir en este mundo tan acelerado.

A quienes están institucionalizados les toca vivir otros desafíos. Adaptarse a gente nueva, a lugares que no conocen, a otros niños y niñas.

¿Qué cosas te emocionan de los niños y las niñas que están en Cuidado Residencial?

Cuando juegan, cuando los veo sonreír, cuando festejan sus cumpleaños, cuando salen de paseo, cuando disfrutan de las cosas cotidianas de todo niño.

Me da mucha alegría generar espacios para que ellos disfruten, para que tengan acceso. Que puedan participar de proyectos, que puedan elegir, que se sientan acompañados por adultos que les presenten opciones.

¿Cuál debería ser el rol de las organizaciones de la sociedad civil en la garantía de los derechos de las infancias y las adolescencias?

Es fundamental, porque la sociedad civil trabaja en la cercanía, con la obligación de manejar recursos de forma transparente y con la gran responsabilidad de hacer llegar a otros ámbitos las necesidades que hay en las comunidades.

Por eso hay que seguir promoviendo que la gente se junte para tener objetivos en común.

¿Cómo proyectás el Programa a Salto a futuro?

Me gustaría tener más acceso a las fuentes laborales para los adolescentes y dar respuesta a la realidad de la comunidad con los dispositivos adecuados. También me parece que hay que poner un foco en la atención a los bebés.

Para todo eso se necesita un equipo sólido, y yo me siento súper orgullosa del equipo que tenemos, que logra articular y que siempre está tratando de mejorar para que eso repercuta en los niños, niñas y adolescentes.