Más que cifras
América Latina y el Caribe es la región más violenta para las niñas, las adolescentes y las mujeres fuera de zona de guerra. La violación a sus derechos es sistemática y generalizada.
Los matrimonios infantiles, la mutilación genital, el maltrato físico, emocional y patrimonial, el abuso, el acoso, la trata son expresiones violentas que suelen ser relativizadas, minimizadas o incluso naturalizadas.
Las cifras alarman.
Entre el 70 % y el 80 % de las víctimas de abuso sexual son niñas. En la mitad de los casos, los agresores viven con las víctimas. Más de un millón de niñas y adolescentes son víctimas de violencia sexual en América Latina y el Caribe y 1 de cada 4 adolescentes se casa antes de los 18 años.*
La tasa de fecundidad en adolescentes es una de las más altas del mundo (12 %), solamente superada por los países del África subsahariana. Esta cifra aumenta en adolescentes con menores ingresos y menor nivel educativo.**
La mitad de la población migrante en el mundo son mujeres, quienes experimentan una doble discriminación por ser mujeres y extranjeras..
En Uruguay, en el correr de 2019, 31 mujeres fueron víctimas de feminicidio.
Pero la violencia de género no solo se traduce en cifras. Se instala en las prácticas cotidianas, en los vínculos personales y laborales, en aquellas situaciones que no integran gráficas ni estadísticas.
Desde Aldeas Infantiles SOS Uruguay condenamos cualquier tipo de agresión física, psicológica, sexual y económica ejercida hacia las niñas, las adolescentes y las mujeres, a la vez que trabajamos por fortalecer la prevención y las respuestas a situaciones de violencia de género aplicando la perspectiva de equidad de género en nuestros servicios, capacitando y concientizando a nuestros/as colaboradores/as y a referentes comunitarios.
Este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, reafirmamos nuestro compromiso con la visibilización y la denuncia de todo tipo de violencia ejercida contra niñas, adolescentes y mujeres, para que puedan gozar de una vida libre de toda forma de opresión y vulneración.
Foto: Christian Martinelli
