Nuevos caminos
Participantes de Fortalecimiento Familiar aprenden a desarrollar sus propios emprendimientos productivos.
Un intercambio de ideas entre integrantes del equipo del Programa Montevideo-Canelones de Aldeas Infantiles y del Departamento de Comunicaciones de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay fue el puntapié para el diseño y puesta en práctica de un proyecto social inclusivo para las familias participantes del Espacio de Desarrollo Familiar Verdisol y del CAIF Tranvía del Oeste.
La Cámara, que apoya el trabajo de Aldeas Infantiles desde hace varios años, presentó a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación un proyecto para que las familias incorporen conocimientos que les permitan iniciar un negocio o mejorar sus competencias laborales.
Antes de comenzar, los/as referentes del proyecto y los/as docentes se acercaron a las comunidades en las que funcionan estos centros para conocerlas. Esta visita fue clave para el éxito del proyecto, ya que el equipo docente diseñó la metodología y los módulos del curso pensando en los recursos y características de sus participantes, al tiempo que se sintió involucrado en su realidad del inicio.
“Al tomar en cuenta cómo es la comunidad, cómo se ve a sí misma, con qué recursos cuenta, cuáles son sus necesidades, sus fortalezas y sus debilidades, el abordaje fue mucho más sencillo”, explica Fabrizio Juárez, del Departamento de Comunicaciones de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay.
Mediante este acercamiento, se logró una excelente conexión entre el equipo docente y las familias. La convocatoria al curso fue muy bien recibida, consolidándose un grupo de dieciséis personas que disfrutaron y aprovecharon con entusiasmo esta instancia de aprendizaje. Su participación en esta capacitación les dio la oportunidad de comenzar a desarrollar sus potencialidades, generando un impacto positivo en sus vidas y las de sus hijos/as, así como también en sus comunidades.
Prácticamente todos los/as participantes pudieron poner en marcha su emprendimiento productivo al terminar la capacitación. Cristián comenzó a elaborar alfajores para venderlos en el barrio, con el objetivo de obtener recursos para abrir su propia panadería. Por su parte, Rosalinda comenzó con una producción de piezas de cerámica para comercializar. Lourdes y Noel, que habían estudiado peluquería pero no contaban con las herramientas para poder instalar su propio negocio, al finalizar el curso se sintieron con la capacidad de hacerlo. Los/as estudiantes que no llegaron a definir su emprendimiento concreto pudieron sacar provecho de esta instancia aprendiendo a elaborar un currículum vitae y a presentarse en una entrevista laboral.
Mucho más que formación académica
Para muchos/as, la participación en el curso habilitó también un proceso de revalorización personal, de fortalecimiento de la autoestima y la seguridad. "Este curso me ayudó a tomar conciencia de todo lo que sé y puedo hacer", cuenta Rosalinda.
Marisa Caraballo, psicóloga y asesora de Familia de Origen de Aldeas Infantiles, explica que con frecuencia las personas con menores recursos socioeconómicos abandonan sus estudios formales porque el sistema educativo muchas veces resulta expulsivo: “No se sienten cómodas porque no se toma en cuenta su saber. En cambio, durante el transcurso de este curso pudimos ver claramente el interjuego de saberes. Si bien los participantes recibieron un saber científico, también fueron escuchados y fue tomado en cuenta su saber popular. Esto nos enriqueció a todos”.
Los buenos resultados de esta primera experiencia han motivado a Aldeas Infantiles y a la Cámara Nacional de Comercio y Servicios a seguir trabajando en conjunto para repetirla este año, buscando mejorarla y promoviendo la participación de más familias. A su vez, se está trabajando en la planificación de una segunda etapa para apoyar los emprendimientos productivos que surgieron a raíz del curso realizado en 2013, brindando seguimiento y facilitando el acceso a micropréstamos.
